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La dirección de las corrientes se expresan según la trayectoria que describen. Si por ejemplo una corriente avanza por la costa desde el norte hacia el sur, se dice que esta corriente es Sur o que hace una dirección de 180º. Justo lo contrario a como ocurre con el viento, en donde se indica de donde viene, no a donde va. Su fuerza o intensidad se mide por su velocidad en nudos. Entre las dos corrientes en direcciones opuestas debidas a las mareas, existen períodos en donde no hay movimiento de masas de agua que no tienen porque corresponder exactamente con la pleamar o la bajamar. Por ello el cambio de dirección de la corriente no se produce justo al cambiar la marea. Las corrientes de marea pueden ser significativamente alteradas por otros fenómenos como desembocaduras de rios de mucho caudal. Por ello en deltas y canales estrechos, cuando la acción de ambos fenómenos se suma, la corriente puede ser espectacularmente fuerte. Ya hemos hablado de Gibraltar en donde además del fenómeno debido a las mareas cambiantes de dirección se suma la corriente debida a la reposición del agua evaporada en todo el mediterráneo en dirección siempre entrante. Por esta razón las corrientes entrantes al Mediterráneo en la zona del Estrecho son siempre de más intensidad que las corrientes salientes. En la bahía de San Francisco es normal encontrar corrientes de 5 nudos, y en Seymour Narrows al norte de Vancouver en la costa oeste de Canadá, se montan corrientes que a veces superan los 13 nudos!.
En general los efectos más notables de estas corrientes se producen en los estuarios, en las bahías, en las desembocaduras de ríos o en canales estrechos. La batimetría local de la costa afecta mucho a las corrientes ya que la masa de agua en movimiento se ve desviada y afectada por los accidentes orográficos submarinos. (ver artículo Corrientes brutales en Sulawesi). AGRADECIMIENTOS A SALVADOR CORREA MARQUEZ POR SU AYUDA. |
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